El estrés es una respuesta
fisiológica que se produce ante estímulos estresantes y que ayuda al organismo
a adaptarse para pelear o huir.
La ausencia o el exceso de estrés son dañinos para el organismo; mientras que la cantidad óptima de estrés es esencial para la
vida, el crecimiento y la
supervivencia.
Se reconocen tres fases del SGA que son:
1. Fase de alarma. Ante la percepción de una
posible situación de estrés, el organismo empieza a desarrollar una serie de
alteraciones de orden fisiológico y psicológico (ansiedad, inquietud, etc.) que
lo predisponen para enfrentarse a la situación estresante. La aparición de
estos síntomas está influida por factores como los parámetros físicos del
estímulo ambiental (p.e. intensidad del ruido), factores de la persona, el
grado de amenaza percibido y otros como el grado de control sobre el estímulo o
la presencia de otros estímulos ambientales que influyen sobre la situación.
Esta fase tiene dos momentos:
·
Choque
·
Contra-choque.
El choque: Consiste en la reacción inicial del organismo ante la
aparición del estresor. Implica una serie de cambios neuroendocrinos (v.gr.,
incremento de presión arterial, ritmo cardiaco, tensión muscular, nivel de
catecolaminas, etc.) a fin de preparar al organismo para enfrentarse al
estresor.
El contra-choque: Consiste en
movilizar las conductas específicas adecuadas para cesar el estresor y
restablecer el equilibrio homeostático.
La alteración de la activación fisiológica que
se produce, característica en esta fase, se debe a la intervención de los ejes
neurales y simpático-medulo-adrenal.
En esta etapa en la cual se
inicia ante la exposición a estresantes que el organismo no está acostumbrado a
percibir.
A fin de mantener la homeostasis
(equilibrio) el organismo reacciona, como medida preventiva.
De ésta manera se pasa a la
segunda etapa.
2. Fase de resistencia. Supone la fase de adaptación a
la situación estresante.
En esta fase el
organismo, en cierta manera, trata de adaptarse al estresor, ante la
imposibilidad de mantener de forma prolongada el elevado nivel de activación de
la reacción de alarma. A pesar de ello, continúa la elevada activación
fisiológica, debido a la actuación del eje hipofiso-cortico-suprarrenal.
Sin embargo, se produce
una mejora y desaparición de algunos de los síntomas fisiológicos alterados en
la fase previa.
Por ejemplo, la rama
parasimpática trata de disminuir los índices cardiacos, se observa una
reducción en la activación del córtex adrenal, etc.
Es aquí donde el organismo pone en juego todos sus
componentes para hacer frente al estresor, resistiéndose o bien adaptándose.
Si se logra el equilibrio deseado ante la
exposición del agente estresante, el organismo vuelve a la normalidad. Si el estresor desaparece,
entonces finaliza el proceso; en caso contrario, se pasa a la siguiente fase.
3. Fase de agotamiento. Si la fase de resistencia
fracasa, es decir, si los mecanismos de adaptación ambiental no resultan
eficientes Ingresamos en esta etapa, cuando el organismo no logra el equilibrio
deseado, es decir cuando el agente estresor nos supera.
Al llegar a esta etapa, ya no
puede mantenerse el estado de adaptación.
En esta ultima fase el
organismo carece de las reservas adaptativas necesarias para hacer frente al
estresor, aun presente. El resultado es el agotamiento del organismo, pudiendo
significar su muerte.
Durante dichas fases se encuentran funcionando tres ejes fisiológicos
que secuencialmente son el eje neural, el
eje neuroendocrino y el eje endocrino.
a)
El eje neural y el eje
neuro-endocrino (simpático-méduloadrenal)
La
aparición del estresor -fase de reacción de alarma- produce una activación en
los sistemas nerviosos autónomo y somático (ambos incluidos en el eje neural),
que desencadena las acciones correctivas correspondientes, aunque de breve
duración.
·
El eje neural se caracteriza por el
aumento del tono muscular, la
paralización corporal, la
reacción de alerta cortical y la descarga masiva del simpático.
b) El eje hipófiso-cortico-suprarrenal
La activación de este eje
se produce cuando las respuestas al estrés son más crónicas y prolongadas (fase
de resistencia del SGA). Interviene el hipotálamo, la hipófisis y la corteza
suprarrenal.
·
El eje neuroendocrino consiste en la
secreción de adrenalina y noradrenalina por la médula adrenal y sus
consecuencias corporales.
c) El eje hipófiso-gonadal
Las hormonas sexuales también se ven afectadas por las situaciones de
estrés. Estas hormonas están controladas por el sistema hipotálamo-hipófisis,
de acuerdo con un esquema de funcionamiento similar al que controla la
secreción de cortisol. El hipotálamo libera hormonas gonadotropinas (GnRH) que
estimulan la hipófisis. Esta glándula segrega dos hormonas, la
foliculoestimulante (FSH) y la luteinizante (LH, en el varón también se
denomina ICSH) que controlan el funcionamiento de las gónadas. En la mujer
actúan sobre el ovario estimulando la producción de estrógenos y progesterona,
y en el varón sobre las células intersticiales del testículo, favoreciendo la
producción de testosterona.
·
El eje endocrino se caracteriza por la activación del eje funcional
hipotálamo-hipófisis-corteza suprarrenal-cortisol.
El cortisol es la hormona principal del estrés cuyas acciones a corto
plazo son esenciales para la vida, pero
su exceso a largo plazo es dañino porque se produce una falla total del
organismo y disminuye la capacidad corporal de resistencia.
Existen múltiples patologías asociadas al estrés y los síntomas que
indican su presencia son de tipo emocional, de
comportamiento, intelectual y
físico.
1.1.2. CONSIDERACIONES A
LA TEORÍA DE SELYE
Como aspectos relevantes
de la teoría cabe destacar los siguientes;
1.- Su carácter de reacción inespecífica, es
decir, siempre es la misma respuesta, independientemente del tipo de estímulo
que la haya provocado (v.gr., psíquico, fisiológico o físico). Lo que varía es
la intensidad que alcanza, que dependerá de la magnitud del estresor o de las
demandas requeridas para el ajuste metabólico a la situación
2.- La reacción de estrés puede ser causada
tanto por experiencias desagradables como agradables, siendo el factor
determinante la intensidad de la exigencia a la que se somete el organismo.
3.- El estrés forma parte
de los procesos adaptativos del organismo y su naturaleza es de signo positivo
más que negativo. Por consiguiente, no es algo que por sí mismo deba ser
evitado, pues la carencia total de estrés significaría la muerte.
Sólo bajo determinadas
condiciones, los efectos del estrés pueden tornarse negativos y causar daños
graves, y hasta irreparables, en el organismo. A estas condiciones, Selye les
denomino distress
para diferenciarlas
del eustress, con efectos positivos.
Por otra parte, la teoría
no esta exenta de críticas. Por ejemplo, en el estado de activación generalizada
que conlleva el estrés no se considera la escasa covariacion entre el nivel de activación
de los distintos sistemas de respuesta
-principio de
fraccionamiento o discordancia entre los
sistemas de respuesta- . Tampoco se atiende a la respuesta fisiológica idiosincrásica de
cada persona ante estresores diferentes -principio de especificidad -, ni a la reactividad
especial en algún componente especifico de dicho sistema -principio de estereotipia-. Otro aspecto
cuestionable se refiere a la similitud que existe entre las manifestaciones vegetativas
del estrés y las que producen otros estados emocionales (v.gr., alegría, desafío,
etc.).
Esto lleva a plantear que
el estrés, como respuesta biológica, no tiene suficiente entidad propia ni es lo
bastante diferenciable de otros fenómenos.
1.2. EL ESTRÉS
COMO ESTÍMULO O DEMANDA AMBIENTAL
El estrés es definido en términos
de las demandas”estresores” del entorno que alteran el funcionamiento normal
del organismo.
Una cuestión que ha
tenido que abordar esta perspectiva teórica ha sido la clasificación de las múltiples
demandas del ambiente que elicitan la respuesta de estrés.
Clasificacion de los
estresores:
1.- Estresores físicos y psicológicos.
Los estresores físicos tienen una naturaleza
material e inciden directamente sobre los órganos internos o externos del
cuerpo.
Pueden ser de tres tipos:
a) La actividad corporal
(v.gr., nadar, correr, etc.) que causa estrés porque exige un esfuerzo
extraordinario al organismo.
b) Las
condiciones físicas externas extremas (v.gr., frio, calor, etc.).
c) Factores fisiopatológicos (v.gr.,
bacterias, sustancias toxicas, etc.) que ponen en peligro la vida del
organismo.
Los estresores psicológicos pueden estar constituidos
por demandas sociales o del propio sujeto, que inciden sobre características de
su personalidad.
a) las tareas mentales que exigen atención o concentración
resultan estresantes especialmente en condiciones de presión temporal.
b) estresores que implican una amenaza a la
propia autoestima
c) estresores de amenaza interpersonal (v.gr.,
conflictos de pareja, amistades, etc.).
1.3. EL ESTRÉS COMO
UN PROCESO DE VALORACIÓN DE DEMANDAS Y RECURSOS DISPONIBLES
Teoría la formulada por Lazarus y colaboradores
El estrés es
conceptualizado como un proceso relacional entre el individuo y su medio, y en
el que se consideran las características peculiares de aquel y la naturaleza y
demandas de este.
"el estrés psicológico
es una relación particular entre el individuo y el entorno, que es evaluado
como amenazante o desbordante de sus recursos y que pone en peligro su
bienestar"
1.3.1. VALORACIÓN
COGNITIVA
La valoración cognitiva
se define como "el proceso que determina las consecuencias que un acontecimiento
dado provocara en el individuo"
No se trata de un análisis de la información
estimular per
se, sino
de la evaluación subjetiva que la persona hace de ella, en relación con su
capacidad para afrontarla.
Para Lazarus la evaluación cognitiva constituye el mediador
cognitivo de las reacciones de estrés, es decir, los procesos de evaluación que
median entre las respuestas de estrés y los estímulos que las provocan. Tales
procesos implican una valoración continua del significado que el estimulo tiene
para la persona, dando lugar a tres tipos de valoración: primaria, secundaria y
reevaluacion.
a)
La valoración primaria consiste en evaluar las demandas de la situación
y las posibles consecuencias que pueden tener para el individuo.
Lazarus y Folkman distinguen tres tipos de valoraciones:
irrelevante, benigna o positiva y estresante.
─ En la valoración
irrelevante, las demandas ambientales no tienen implicaciones para la persona
y/o esta no muestra interés por sus consecuencias. La reacción emocional que se
genera es neutra. Aunque esta evaluación carece de interés adaptativo por si
misma, ocurre lo contrario con los procesos cognitivos necesarios para
catalogar un evento como irrelevante.
─ En la valoración
positiva las demandas son evaluadas favorablemente y con consecuencias positivas,
bien porque se preserva o bien porque se logra un determinado bienestar
personal.
Las reacciones
emocionales suelen ser placenteras, tales como alegría, felicidad, regocijo, tranquilidad,
etc.
─ En la valoración estresante,
las demandas pueden ser evaluadas como: daño/perdida, amenaza y desafío. El estrés
por daño o pérdida se produce cuando ya se ha sufrido algún perjuicio (v.gr., lesión
física, daño social, deterioro en la autoestima, etc.). La respuesta de estrés
se desencadena de forma inmediata y sin que medie ningún otro proceso cognitivo
emocional.
El estrés por amenaza se
produce por la anticipación de un daño que todavía no ha ocurrido, pero se prevé
como inminente si no se actúa para evitarlo. La importancia adaptativa de la
amenaza se distingue de la del daño o perdida en que permite el afrontamiento
anticipatorio. En la medida en que el futuro sea predecible, el ser humano puede
planear y tratar por anticipado algunas de las dificultades que espera encontrar.
El estrés
por desafío se refiere a la valoración de situaciones que suponen un reto para
la persona y en las que es tan posible perder como ganar.
Tanto si las demandas son
percibidas como amenaza o desafío son causa de estrés, aunque por razones
diferentes. En la amenaza, el estrés se debe al énfasis del potencial lesivo
del estresor en la valoración; en el desafío, a la probabilidad mayor en
obtener beneficios más que perjuicios o danos. Ademas, las reacciones
emocionales que se suscitan en cada caso, tambien son diferentes.
La percepción de amenaza
suele generar ansiedad o miedo, mientras que el desafío, impaciencia o regocijo.
En este caso, la valoración de las capacidades propias necesarias para ganar
hace que la persona experimente emociones positivas.
La amenaza y el desafío
no son excluyentes entre si. Aunque difieren en sus componentes cognitivos (valoración
de daño vs. de dominio o ganancia)
y afectivos (las emociones negativas vs. positivas) pueden ocurrir de forma
simultanea, incluso puede producirse un cambio en la relación entre ambas
evaluaciones, a lo largo de una misma situación. Inicialmente, la evaluación puede
considerarse mas desafiante que amenazante, o viceversa, y mostrarse en sentido
inverso mas adelante. Un ejemplo de este tipo seria la posibilidad de una promoción
laboral.
La evaluación que del nuevo cargo puede hacer
el candidato puede implicar elevadas demandas, adquirir nuevas habilidades
mediante un aprendizaje costoso y de corta duración, prolongación de jornada
laboral, etc. Todo ello entraña el riesgo de verse desbordado por las nuevas
demandas. Pero, al mismo tiempo, tal promoción puede ser vista como una
oportunidad para adquirir nuevos conocimientos, mayor responsabilidad y remuneración
económica, ampliar el círculo de relaciones sociales, etc. Por consiguiente, la
misma situación puede verse como un desafío y, a la vez, como una amenaza. A medida
que se gana en control sobre la situación, como resultado de los esfuerzos
cognitivos de afrontamiento, la evaluación tendera a ser más beneficiosa y
positiva que amenazante.
b) La valoración
secundaria se refiere a la evaluación de los recursos o habilidades que se poseen
para afrontar la situación estresora. Es una actividad característica de lo que
debe y puede hacerse en cada momento. Incluye la evaluación de la eficacia de
las estrategias de afrontamiento, el que una estrategia específica sea aplicada
con efectividad, y las consecuencias de su empleo en otras situaciones que podrían
ocurrir simultáneamente. Aunque esta evaluación esta condicionada por las
capacidades y recursos individuales, el resultado también esta determinado por
las demandas percibidas en la valoración primaria.
c) La reevaluación hace
referencia a la posibilidad de introducir cambios en la evaluación inicial,
como resultado de considerar información nueva del entorno y los recursos de
afrontamiento.
La valoración primaria y
la reevaluación pertenecen al mismo tipo de proceso, salvo que esta es posterior
y modifica a aquella.
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